Estos últimos días ya están apareciendo artículos y opiniones que indican que España va directa a un rescate. Se lo voy a analizar desde el punto de vista de las reestructuraciones empresariales: haré un paralelismo entre lo que diríamos ESPAÑA, S.A. con una empresa PYME que esté estresada financieramente.
Una empresa cuyo nivel de deuda está al 100% de sus ventas (PIB) cuando el ratio máximo permisible estaría en el 60% (norma UE para países que aplicaría también a empresas) y además tiene pérdidas recurrentes anuales (déficit) no obtendrá financiación de las entidades financieras. El motivo es que su capacidad de devolución es negativa, por lo cual no puedo otorgarle más crédito a una empresa que va a entrar muy posiblemente en default / Concurso de Acreedores. En una situación económica empresarial habitual las empresas no suelen llegar a este nivel de endeudamiento pues las entidades financieras no “entran” con estos ratios.
Por tanto necesitaremos con urgencia planificar una reestructuración financiera para equilibrar la situación.
Primer paso es confeccionar un plan de viabilidad que permita demostrar a los acreedores financieros, materias primas y servicios que voy a poder retornar las cantidades adeudadas, para ello debemos tener claro el umbral del rentabilidad (Punto Muerto o muerto y punto) de la compañía, cortando las pérdidas y entrando en la senda de los beneficios.
Segundo paso, cortar pérdidas. Hay que recortar gastos de forma ineludible e incrementar ingresos tanto como sea posible. En el caso de España, SA un modo de recortar gastos seguro y eficaz, sería reduciendo los emolumentos que percibe su Consejo de Administración (Congreso de Diputados, Senado, Parlamentos autonómicos etc.) Si tenemos que “apretar” a los trabajadores habrá que predicar con el ejemplo. Hemos visto ejemplos estos días en numerosas empresas y entidades financieras que han recortado sueldos y bonus sus Consejos de Administración y Alta Dirección. No olvidemos que incluso el Banco de España y BCE aconsejan no repartir dividendos a nuestros accionistas. Políticas restrictivas para mantener niveles altos de liquidez. Valoren: ¿creen que el sacrificio es general?
Tercer paso: deberemos empezar a negociar con el pool bancario o grupo de entidades financieras con los que la empresa tiene endeudamiento a largo, corto y circulante y que se sientan en la misma mesa de negociación “juntos”, para darle viabilidad a la empresa llegando a acuerdos de conjunto (pool) aunque con afectaciones y defendiendo sus intereses individuales. Debo resaltar por mi experiencia, en que debemos intentar negociar únicamente con delegados de los departamentos de reestructuraciones y/o riesgos de las entidades financieras, especialistas en estas lides, que son muy complejas y requieren de soluciones tal vez no habituales en los manuales bancarios. Al final, lo que todos queremos es retornar la deuda en tiempo y forma y que la empresa pueda soportarlo. Quisiera recordar que una vez iniciamos el proceso de reestructuración una pieza muy importante es también el abogado de la empresa, puesto que siempre flota en el ambiente la posibilidad de presentar un 5bis (preconcurso de acreedores). Todos lo queremos evitar; la empresa porqué sabe que si llega al Concurso de Acreedores el 98% acaban en liquidación, y las entidades financieras porqué deberán dotar el 100% de la deuda y ello va contra su cuenta de resultados. A nadie interesa, aunque a veces no quede más remedio por las situaciones particulares de cada empresa y/o la falta de apoyo por parte de las entidades financieras.
Hace no mucho tuve la oportunidad de presenciar una reunión de pool bancario, donde una de las entidades, con muy buen criterio, les dijo a sus homólogos (el empresario también estaba) y cito literalmente: ¿Esta empresa vale más viva o muerta? Pues como estamos de acuerdo en que vale más viva vamos a hacer lo posible para que sea viable.
Reestructurar la deuda de España S.A. puede suponer una intervención de la UE nombrando a una troika de delegados técnicos que se denominan como “los hombres de negro” que al igual que un Administrador Concursal co-gestionarán la empresa siguiendo la ejecución de un plan de reestructuración muy, pero que muy duro.
Ello puede suponer, como sucedió en Italia en su día, o en cualquier empresa “estresada”, el cambio del Presidente del Consejo de Administración (malos resultados, descenso en bolsa, descenso de rating) mediante la incorporación de un Presidente y nuevos consejeros con solvencia técnica para darle la vuelta a la situación de la empresa. En España en el 2012 (prima de riesgo en el cielo), que de facto fue rescatada de forma oficiosa, este hecho era casi una realidad.
Las empresas/países serios como puede ser Holanda ya están trabajando en la reducción del endeudamiento que van a tener que incrementar debido a la crisis del COVID-19 y que actualmente está en el 60% de su PIB, después de un ímprobo esfuerzo en los últimos cinco años. En España S.A. todavía estamos, salvo que se demuestre lo contrario, negociando para que se creen los eurobonos de amortización perpetua para que solamente paguemos los intereses. Es genial una entrada de liquidez sin tener que amortizar el principal y con el aval de los socios ricos. Un diez. ¿Pero estos no van a pedir nada a cambio? Hay que reconocer la osadía imperturbable de algunos de nuestros dirigentes.
La mala gestión debe penalizarse y abordar las situaciones con anticipación y sobre todo con técnicos especialistas cualificados.
Negociar con los acreedores financieros en posición de debilidad es una guerra inenarrable. La ventaja que tiene España S.A. es que es como un banco sistémico: TOO BIG TO FAIL(Demasiado grande para caer), pero los sacrificios los acabaremos haciendo todos los accionistas. Como siempre.
Muchas gracias por su atención y cuídense mucho.