Ya lo decía Ortega y Gasset: “Solo cabe progresar cuando se piensa en grande y solo es posible avanzar cuando se mira lejos”.
No puede haber crecimiento sin una visión de futuro importante, sin una ambición importante. Hay que dinamitar las falsas creencias colectivas e individuales que limitan nuestra potencial, pero con rigor y cultura del esfuerzo. El futuro no solo es inimaginable sino que es inventable, el futuro acaba siendo siempre la manifestación inevitable de lo que decimos ahora, de lo que hacemos ahora, de nuestros actos. Hay un principio obvio pero que ha sido obviado relacionado con la “psiconomía”: la psicología crea la economía. La calidad humana de las personas que integran un sistema se manifiesta inevitablemente y sistémicamente en los procesos y resultados del sistema.

El entusiasmo se contagia, la depresión también. La nobleza se contagia, el cinismo también. Si queremos un mundo con valores, debemos cultivarlos, no hay otra vía. Si queremos que nuestras organizaciones encarnen la excelencia, debemos empezar por nosotros mismos. Si preguntáramos a mucha gente si somos personas con suerte o sin suerte, estoy seguro que la mayoría se decantaría por ser personas con suerte,… ¿acaso entonces todos nosotros no somos representativos? Aquellas personas que dicen no tener suerte se suelen basar en acepciones relacionadas con la salud, el dinero y el amor.

Schopenhauer afirmó que “el azar reparte las cartas pero que somos nosotros quienes las jugamos”. Hay un factor incontrolable, el azar, pero la manera en que podamos o queramos gestionarlo depende exclusivamente de nosotros, la buena suerte depende de la preparación.

Hay que tener ciertas variables que debemos tener en cuenta para promover el cambio:

1. CONFIANZA es necesaria para la promoción existencial. Hay que comprobar “in situ” las cosas mediante una acción observable. El pensamiento nos lleva a la conclusión y esta suele ser el resultado de cansarnos de pensar. A la acción nos lleva la pasión, querer cambiar las cosas y la confianza no tiene grados: o se da o no, es como un sistema binario: 0 ó 1.

2. ESPERANZA. Podemos porque creemos. Los que crean que no hay esperanza, que algo no es posible que no molesten, que nos dejen trabajar.

3. VOLUNTAD DE SENTIDO. El sentido es la capacidad en transformar el dolor y sufrimiento en voluntad de vivir, de progresar. La vida no deja de ser más que una elección: Viktor Frankl sobrevivió al Holocausto, pero tanto su esposa como sus padres fallecieron en los campos de concentración y cuando lo liberaron afirmo que “te pueden intentar robar todo lo que has conquistado, pero lo que jamás quitan a ningún hombre es la capacidad de dar lo mejor de nosotros pase lo que pase, y esta es la mayor de nuestras libertades”. Si todo lo vemos tan mal, si algo realmente no tuviera solución,… ¿que nos mueve?. El amor, en el sentido de cuidar y la organización que tiene esto claro es que entre sus directivos hay claramente un valor adaptativo de de voluntad de cambio.

4. VOLUNTAD DE APRENDIZAJE: Creo que a veces se gana y a veces se aprende, y lo importante es contraer conclusiones operativas importantes que nos ayuden a mejorar.

5. ELECCION POSITIVA: El hombre tiene un 40% de elección en sus actos. Si desde por la mañana nos levantamos con mala gana o nos amargan el día, eso puede generar una cadena de mal humor que transmitimos a los demás, pero de igual modo si nos encontramos o compartimos trabajo con esa persona positiva, nuestra capacidad se duplica, es la capacidad de optimismo real la que debe guiarnos en el día a día.

6. VISION DE FUTURO: ¿Hay alguien que pueda saber donde estaremos dentro de 5 u 8 años?, ¿Podemos saber que será de España dentro de ese mismo plazo de tiempo?. Los planes estratégicos generan sinergias, esfuerzos y dar a los emprendedores una meta. Cuidado con mirar el mundo de mala manera porque lo convertiremos en eso mismo. Ese tratar al otro como queremos que sea es aplicable a nosotros mismos y al resto, de ahí que debamos saber que queremos ser.
La visión de nuestra vida a lo largo de 20 años, estoy seguro de que muy poca gente se lanzara a definir o atacar el proyecto pero es justamente ese 3%, esa minoría de gente los que generarán el valor total del grupo.

Si no tenemos horizonte no podemos salir a buscar nada. El “no puedo, no soy capaz” es una falsa creencia, una barrera psicológica que lo único que hace es limitarnos. Hemos pasado en apenas 4 años de una fantasía de omnipotencia a una fantasía de impotencia en general. Podemos porque queremos que podemos y porque lo hacemos.

Debemos romper esas falsa creencias que nos limitan quizás inconscientemente en nuestra organización, en nuestra vida y que nos permitan poder acceder a ese cambio revolucionario. Si conocemos cuales son esa falsas creencias que crean el umbral de máxima incompetencia, podremos analizarlas e intentar mejorarlas hasta llegar a un umbral de máxima competencia. Al final nuestro tesoro es lo que damos de nosotros mismos a los demás con capacidad de servicio, con capacidad de cambio.
Esta crisis exige que demos todo lo mejor de nosotros mismos, no podemos estar quejándonos, repitiéndonos que nos podemos: cobardes abstenerse. Debemos ponernos manos a la obra, debemos luchar porque realmente queremos cambiar el futuro.

No hay confundir desgracia con crisis: la primera es irreversible no admite corrección, la crisis si: pero cuidado porque una crisis mal gestiona se convierte en desgracia. Es por todo ello por lo que debemos formarnos, luchar y buscar un objetivo futuro con la clara resolución de alcanzarlo puesto que luchar por una meta que ni tan siquiera nosotros nos creemos es una estupidez.
Tenemos una oportunidad única de cambiar las cosas, de mejorar y hacernos más fuertes mediante el esfuerzo y determinación, busquemos el futuro que queremos y no el que nos quieren imponer. Lo que no haga la clase política, lo debemos hacer nosotros: NO HAY OTRO CAMINO. No podemos esperar a que los políticos no saquen de la crisis, ¿o dejarías tú futuro, el de tus hijos en sus manos?. Está claro que un buen líder debe ser inteligente, tener experiencia y tener visión, pero ¿ya está?
La INTEGRIDAD es algo fundamental, debemos predicar con el ejemplo y cumplir lo aquello que decimos. Ante una disfunción no se trata de buscar un culpable sino realizar un análisis para mejorar y no cometer nuevamente ese error, debemos tener y querer esa capacidad de cambio. Debemos de asumir el error, no buscar el victimismo y querer transformar lo que nos rodea, y esta transformación se da mediante 4 variables que deben darse necesariamente juntas:

a) Querer: Aptitud mental positiva, optimismo, determinación.
b) Conocimiento: Saber, habilidades técnicas, competencia, formación.
c) Poder: Inteligencia práctica, traducir eso en la acción.
d) Visión: Compromiso, hacia donde vamos.

Todo esto crea una cultura, un sentido de unión y no de desunión, que es la que nos hace seguir hacia adelante. Estamos en una sociedad de extremos: gente que se forma y gente que se lamenta y se sienta enfrente de la televisión a ver como se cambia el mundo, pero sin transformación no hay evolución y esa tarea nos corresponde a todos nosotros.

¿CRISIS?, ¿de qué estamos hablando?