Hay palabras que se ponen de moda y otras que se ganan los puestos principales en el discurso social y económico porque crean el presente y el futuro. En AEFA hacemos una selección de las palabras que, sin ser nuevas, van a marcar la actualidad este 2022.

 

 

METAVERSO es la palabra de moda y, aunque la ha capitalizado Mark Zukerberg con la transformación de su marca, Facebook, en Meta, lo cierto es que el término fue creado en el año 1992. El escritor Neal Stephenson, en su novela Snow Crush creó para la ficción un entorno que pronto fue real; el vídeo juego Second Life, creado en 2003 es, en realidad una comunidad virtual en la que los usuarios interactúan entre sí como si fuera en la vida real pero en un entorno virtual. Pero ¿qué es el metaverso para nosotros? Son entornos virtuales donde podemos estar presentes e interactuar en primera persona con la gente. Por tanto, no es una realidad virtual sino que supone la creación de un mundo en el que, lo que hacemos, tiene la misma validez que nuestros actos presenciales. 

Los metaversos son mundos interactivos -nos permiten relacionarnos con otras personas-, corpóreos -reproducen mundos físicos en los que actuamos en primera persona – y persistentes – no funcionan solo cuando entramos sino que están “vivos”-.  Esto es posible porque se combinan tres realidades inmersivas: virtual, aumentada y mixta.

¿Cuáles son las posibilidades del metaverso para una empresa? Aunque la implantación de este entorno es algo que está por venir, encontramos diferentes aplicaciones en función de la actividad de la empresa y el posicionamiento de la marca: 

  • Empresas como Carrefour o Nike ya están trabajando en su propio metaverso: la experiencia de compra se traslada a este mundo 3D, un nuevo entorno al que llevar tu negocio. Más que una compra online, el impacto que pueden tener estas experiencias en todo el marketing de lineales del supermercado y la publicidad de las marcas de alimentación, por ejemplo, será enorme. También, que sea tu avatar el que se pruebe un pantalón, unas zapatillas y pague en el momento. 
  • La interacción puede ser virtual pero más humana, con un contacto visual que no tenemos ahora en las vídeo llamadas o en las reuniones a distancia. Una vuelta de tuerca al concepto de “factor humano” y la evolución de los “gemelos digitales” que ya están implantados en la industria. 
  • El desarrollo de servicios específicos o la creación de puestos de trabajo para ser desarrollados en el metaverso será también una posibilidad.
  • El marketing, la publicidad y los eventos encontrarán nuevas oportunidades de posicionamiento. La creatividad requerirá nuevos desarrollos gráficos más complejos.

Aunque esta es todavía una utopía virtual y todavía no disponemos de la tecnología para hacer realidad estos mundos, sí que podemos empezar a prever cómo pueden ser rentables para nuestros negocios en el medio y largo plazo.

 

RESERVA DE HUMANIDAD. Este es un término acuñado por el derecho administrativo ante el avance de la administración digital. El uso de algoritmos para resolver procedimientos administrativos parece ofrecer una mayor garantía jurídica pero hay quienes sugieren que debe establecerse una reserva para la actividad humana en los casos en los que se puede ejercer una potestad discrecional y ser empático con el administrado. 

La gran capacidad de tratamiento de datos que permite la Inteligencia Artificial no solo agiliza la gestión administrativa sino que permite la toma de decisiones automatizadas con elementos cada vez más complejos. La preocupación que surge es si el algoritmo que permite el aprendizaje de la máquina es capaz de anular las consideraciones subjetivas, muchas veces necesarias. Como explica el catedrático de Derecho Administrativo de la UOC, Agustín Cerrillo i Martínez en relación a la ciudad inteligente y la personalización de los servicios electrónicos, “puede tener consecuencias negativas respecto a la igualdad de las personas creando una brecha que puede manifestarse en la ciudad inteligente excluyendo de sus beneficios a determinadas personas o colectivos o exacerbando sus perjuicios en ellas”. 

Este es un concepto sobre el que hay escasa literatura pero que, más allá de las cuestiones jurídicas, puede inspirarnos a la hora de aplicar procesos de digitalización sin perder de vista la humanidad. 

 

CIBERSEGURIDAD. En 2021, más de 3.000 empresas de todo el mundo – 141 españolas- participaron en la Digital Trust Survey 2022 de la consultora PWC. 

Este estudio pone de manifiesto cómo la digitalización y la dependencia de sistemas digitales está directamente relacionada con el incremento y la mayor sofisticación de la ciberdelincuencia y, por tanto, de una mayor inversión en seguridad. Un ciberataque puede comprometer toda la producción de una empresa, paralizar los procesos o llevarse datos e información confidencial y, si hay algo que preocupa cada vez más, son los ataques a la cadena de suministro, la red de compañías necesarias para que podamos utilizar un hardware o software. Se prevé que estos sean cada vez más frecuentes  como se explica en este artículo. 

La prevención es el mejor sistema de seguridad por eso, el 70 por ciento de las empresas españolas incrementará este año sus presupuestos en seguridad, frente al 50 por ciento que manifestaron hacerlo en 2021. Pese a la previsión de una mayor inversión, el estudio de PWC pone de manifiesto un desajuste en la percepción de las medidas de prevención: los CEOs consideran que están más involucrados con la ciberseguridad que lo que consideran necesario sus equipos, dentro de las empresas. Esta falsa sensación de seguridad por parte de los directivos puede tener graves consecuencias. 

y ¿de dónde viene la amenaza? Los ciberataques no solo vienen de los ciberdelincuentes sino que la competencia e incluso antiguos empleados de una empresa pueden estar detrás de estos delitos, según los expertos en ciberseguridad. 

Una de las claves para pasar indemne de los ciberataques es incorporar la seguridad en la estrategia de la empresa. La combinación de entornos cloud con sistemas propios, el teletrabajo, las transacciones digitales o la garantía de la identidad de nuestros interlocutores son algunos de los grandes retos que tenemos por delante. 

 

RELOCALIZACIÓN. Entre 2020 y 2021 se abrieron numerosos procesos de relocalización por parte de las empresas españolas ante la falta de garantías en el abastecimiento de productos esenciales en la producción y las disrupciones en los procesos logísticos. La dependencia de la producción asiática, especialmente de China y de India, derivó en una crisis de suministros, primero de material sanitario y, más adelante, de materiales y componentes como los microchips que se usan para el sector de la automoción, entre otros. 

El rechazo a la dependencia de China se ve reforzado por el encarecimiento en los costes de producción en ese país: ya no es tan rentable fabricar en China ni siquiera para China. El gigante asiático ya ha llevado parte de su producción a Birmania, Vietnam, México y diferentes países africanos como Etiopía. 

Pero volviendo a la relocalización, los casos de empresas españolas que han cambiado sus modelos de negocio para traer toda su producción a España, se cuentan con los dedos de la mano. Esta tendencia, que se aceleró a partir de la crisis del Covid-19 no es nueva  ni se puede decir que se haya consolidado ya que todavía no puede decirse si los problemas de distribución son algo temporal. Además, la decisión estratégica de cada empresa no depende de tendencias sino de su cadena de valor y la rentabilidad en términos económicos, sociales o de reputación. 

Por otra parte, más allá de la relocalización como una vuelta “a los orígenes”, se habla de la reindustrialización de Europa. Ya se está trabajando en una normativa que favorezca el desarrollo y fabricación de chips y se quiere incrementar la producción de placas solares a nivel local. Sin embargo, se cuestiona la igualdad entre países europeos, por las ayudas a la industria y las propias políticas de empleo, críticas en un país como España en el que el sector de la automoción, por ejemplo, genera más de 300.000 puestos de trabajo y ya ha comenzado a ser “víctima” de la relocalización con casos como el de Nissan, que ha cerrado su factoría de Barcelona para trasladar la producción a una fábrica de Renault, en Francia. Por tanto, visión estratégica y atención a los mercados más cercanos.

 

TECNOLOGÍA 6G. La progresión de la tecnología para incrementar la velocidad de descarga de datos en los dispositivos digitales es enorme. Todavía no se ha terminado de implantar la tecnología 5G – de hecho no se ha consolidado la 4G– y ya tenemos la vista puesta en el 6G que promete una velocidad de descarga de 1.000 gpb/s y que, en principio, debería acelerar el desarrollo de la inteligencia artificial, el internet “de los sentidos” o la autonomía de los vehículos. 

Aunque suene a especulación – está previsto que el 6G se implante entre 2030 y 2035-  lo cierto es que las empresas ya están invirtiendo en esta tecnología y este año se celebrarán diferentes encuentros de profesionales como el 6G Wireless Summit o el EUCNC. Finlandia es uno de los países a la cabeza en el desarrollo de esta tecnología a través de la 6G Flagship de la universidad de Oulu y ofrecen la posibilidad de establecer partenariados con desarrolladores de tecnología y servicios, industriales y tecnólogos “que se puedan beneficiar de su experiencia en la implantación de 5G y la innovación en 6G”. 

La tecnología 6G no solo implica la transmisión instantánea de datos sino que permitirá conectar de manera inalámbrica y eficaz todos los dispositivos móviles, de realidad aumentada, realidad virtual, auriculares o dispositivos holográficos. Además, permitiría el desarrollo de la ciudad inteligente, la telemedicina o los vehículos autónomos, entre otras aplicaciones.

 

ECONOMÍA CIRCULAR. El concepto de Economía Circular ha creado un nuevo mercado de conferencias, consultorías, normativa y estrategias que parece estar instrumentalizando un modelo de sostenibilidad que, en la práctica, están desarrollando con éxito muchas empresas. El propio Gobierno de Aragón defiende este modelo innovador de producción y consumo con el sello ”Aragón Circular”, formación y una estrategia para su implantación.

Lo cierto es que algunas empresas aragonesas son pioneras en sus proyectos de economía circular: BSH electrodomésticos, Grupo SAICA, Arpa o Fertinagro Biotech son algunas de las compañías que transforman materiales para su reutilización.

La Economía Circular traslada a la industria los modelos de producción y consumo más tradicionales en los que “nada se tira” o, como se dice ahora, “reducir, reciclar y reutilizar”. Pero ¿cómo se traslada esto a la industria? Hay ciertas actividades fiscales que pertenecen a la economía circular: Reparación y mantenimiento de maquinaria y equipo (CNAE 381); Recogida de residuos peligrosos (3812) y no peligrosos (3811); Separación, clasificación (3831) y valorización (3832) de materiales; Mantenimiento y reparación de vehículos de motor; Venta, mantenimiento y reparación de motocicletas y de sus repuestos y accesorios (4677); Comercio al por mayor de chatarra y productos de desecho (4779); Comercio al por menor de artículos de segunda mano en establecimientos; Reparación de ordenadores, efectos personales y artículos de uso doméstico.

Esta clasificación permite medir el impacto de las empresas de economía circular en cuanto a número, empleos y volumen de negocio. Según datos del Gobierno de Aragón de junio de 2021, en nuestra Comunidad, “en términos relativos, la economía circular representaría el 1,9% del VAB y el 2,6% del empleo total”.

En este vídeo de la Fundación Cotec que explica el concepto a todos los públicos, se menciona un concepto que es clave, las cualidades de los residuos. El desarrollo tecnológico que supone un gran reto es el estudio del ciclo de vida y transformación de los materiales para que la basura sea útil y lograr que los materiales tengan esa vida útil larga y productiva. 

VACUNACIÓN. El desarrollo de las vacunas contra la Covid-19 ha ido a una velocidad sin precedentes y su eficacia se está demostrando: pese a la mayor capacidad infecciosa de la variante ómicron, la mortalidad es menor y afecta especialmente a personas no vacunadas. De hecho, según el Ministerio de Sanidad, las personas de 60 a 69 años no vacunadas tienen 20 veces más probabilidades de fallecer por covid-19 que las que están inmunizadas. Si hablamos de la población en general, la mortalidad es siete veces menor entre las personas vacunadas. Y se prevé que el desarrollo posterior de las vacunas sea todavía más eficaz. 

El éxito de la estrategia de vacunación se ve ensombrecido por las cifras de la pandemia: más de 90.000 personas fallecidas por covid-19 en España, 202 de ellas el día 9 de enero de 2022. En todo el mundo, han sido 5,5 millones de personas. El deseo y la necesidad de que la vida siga adelante, la exposición a la información constante o el cuidado emocional, han logrado que normalicemos de alguna forma los fallecimientos y el hecho de “vivir en pandemia”.

Sin duda, la adaptación ha sido una estrategia que desde el primer momento han seguido con éxito las empresas y, como se señala en diferentes ámbitos, con mayor agilidad en el caso de las empresas familiares. Pero convivimos en un mundo global y estamos totalmente interrelacionados -la propia propagación de la pandemia nos lo ha enseñado- y esta idea, nos hace cuestionar la eficacia de una vacunación que no tiene un alcance a nivel global. Las consecuencias para la economía del movimiento de personas vacunadas y no vacunadas así como del confinamiento de las personas contagiadas, es un reto al que todavía nos enfrentamos. 

En el mundo 7.900 millones de personas y en torno a 4.500 millones han recibido al menos una dosis. Esta distribución no es homogénea en todo el mundo y seguimos combatiendo la pandemia de manera local, no global, como indican las cifras: el 60 por ciento de la población europea está vacunada con la pauta completa y solo el 8 por ciento de toda la población del continente africano ha recibido las dos vacunas. Sin embargo no es un problema económico sino de estrategia ya que la iniciativa COVAX liderada por la Organización Mundial de la Salud pretendía, sin éxito, garantizar el suministro de vacunas en los países más pobres.

La importancia de la vacunación mundial, además del cuidado de la salud, está en que frenaría la aparición de nuevas variantes y mejoraría la inmunidad a nivel general y, en este caso,  las desigualdades son un motor de la progresión de la pandemia.

Frente al Covid-19 y previsibles futuras pandemias, la comunidad científica está intentando poner en la agenda el enfoque ‘One Health’: la salud humana, la salud animal y el medio ambiente son las tres “patas” de una única salud a nivel global. El conocimiento sobre los virus que afectan a los animales podría prevenir futuras epidemias ya que la mayor parte de las enfermedades emergentes -el 75 por ciento- tienen origen animal. El consenso que hay para implantar este enfoque ya se está extendiendo entre diferentes organizaciones gubernamentales. Una de ellas, el CITA aragonés, incorpora la importancia de la seguridad alimentaria en sus áreas de investigación con una visión propia y complementaria de este ‘One Health’.