Las empresas son creadas para generar mas ventas, más ganancias y más riqueza.

Esa es la meta del empresario cuando toma un negocio y busca estrategias para llevarlo al siguiente nivel de crecimiento y convertirlo en una gran empresa.

Por supuesto, que hay otras metas importantes y otras motivaciones como:

• Satisfacer necesidades reales,

• Crear productos y servicios de calidad,

• Impactar en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas que participan en la empresa,

• Aportar a las comunidades donde las empresas se instalan.

Pero para sostener el crecimiento en los negocios es necesario generar ganancias y que esas ganancias tengan la capacidad de generar riqueza.

El crecimiento en los negocios se puede medir de muchas formas; pero los inversionistas, emprendedores y empresarios, así como los clientes, proveedores y banqueros medirán el crecimiento por las finanzas de la empresa.

El empresario necesita dominar los conceptos básicos de finanzas y contabilidad, así como las matemáticas, estadísticas e indicadores económicos aplicados a los negocios para exigir información oportuna, confiable y útil para la toma de decisiones y el control gerencial.

No necesitan, ni es lo recomendable, que sean financieros o contables.

Pero sí deben estar en capacidad de exigir la información financiera que requieren y entender si esa información es coherente, útil y confiable para la toma de decisiones.

Es usual escuchar frases como: “Eso le corresponde al Contable o al Financiero”.

Debemos darnos cuenta de la importancia del control de las finanzas en la empresa; pero sobre todo de la responsabilidad que tiene el empresario consigo mismo de desarrollar las competencias necesarias para exigir y entender los números de sus negocios.